Emplear la hipnosis para dejar de fumar ha dejado excelentes resultados en muchas personas, aunque es verdad que el nivel de dificultad aumenta en comparación con los años que hemos estado con el cigarrillo. Muchas personas, ya sea por el miedo a enfermarse o por simple voluntad, han conseguido dejar este mal hábito casi de un día para otro. Otras necesitas un poco más de tiempo y, a veces, una ayuda por medio de la psicología.

Los beneficios que ofrece la hipnosis a largo plazo

Debemos desechar a la hipnosis como un método mágico, que puede cambiarnos la vida de la noche a la mañana. De hecho, existen muchos factores a tener en cuenta para que el paciente pueda beneficiarse de este método empleado por la psicología.

Lo primero es dejar a un lado los falsos mitos que hemos visto por la televisión años atrás. La hipnosis solo es posible con la participación del paciente y su voluntad para lograr el efecto deseado. En este caso, la psicóloga debe primero indagar en aquello que a la persona le ha hecho relacionar el tabaco con algo positivo, aun sabiendo lo perjudicial que resulta para la salud.

Por ejemplo, para muchos, un cigarro se vuelve sinónimo de relajación, precisamente por las sustancias que lo vuelven dependiente para el organismo. Otros buscan en el tabaco un estímulo para enfrentar las dificultades del día a día. Pero, más complicado es llegar a ese paciente que terminó asociando dejar de fumar con una especie de trauma personal.

Por medio de la hipnosis, el especialista tiene la oportunidad de llegar al interior del individuo y proyectarle el camino adecuado para que, de manera consciente, aprenda a vivir sin recurrir al cigarro. Por obvias razones, esto solo es posible con varias sesiones y que el paciente ponga completamente de su parte y esté convencido de querer dejar de fumar.

Los resultados de la hipnosis a largo plazo han conseguido superar las expectativas con respecto a otros métodos de reemplazo, obteniéndose un porcentaje de éxito de hasta el 50 %.

El paciente tiene la última palabra

Al final, el paciente es quien realiza todo el esfuerzo para dejar de fumar. La hipnosis, como bien se ha expuesto, no es cuestión de magia. Eso sí, ayuda a conducir al paciente a un estado de bienestar personal, de autosuperación.

Si una persona acude a una sesión de hipnosis sin el convencimiento de querer dejar el cigarrillo, seguramente verá más complicado vencer este mal hábito, en detrimento de su salud.

Con todo, la hipnosis para dejar de fumar es un método muy efectivo si lo comparamos con otros. Al igual que todo, quien consigue vencer al cigarro es aquella persona que realmente lo desea dejar. Por suerte, la psicología es un método que funciona muy bien.